La ECF en marcha

Entrevistas de la actualidad de las Escuelas

10 enero 2023

Angelina Harari – ¡Buenos días a la ECF! En primer lugar, me gustaría agradecerles su recibimiento, especialmente por la disponibilidad del local y del equipo técnico para la realización de esta entrevista. Buenos días Éric Zuliani, Anaëlle Lebovits-Quenehen y Patricia Bosquin-Caroz. Gracias por haber aceptado la invitación de Mondo dispatch, la publicación online de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP), que inaugura su primer número con la Escuela de la Causa Freudiana (ECF) con la cuestión crucial en juego en este momento en la vida institucional de su Escuela, es decir el pase. El texto de esta entrevista se publica en la sección “Panorama de las Escuelas”, dedicada cada vez a una Escuela. Su contenido ha sido pensado para un formato digital. Mondo dispatch contiene dos textos: la carta de la presidente de la AMP, o sea un editorial escrito por Christiane Alberti, y además el “Panorama de las Escuelas” que publicará una entrevista de una Escuela en cada número. Me dirijo, respectivamente, al presidente de la ECF, a la vicepresidenta de la ECF y al más-uno del cartel ad hoc del Colegio del pase.

Primero, les haré a ustedes tres algunas preguntas cruciales sobre el pase. Para abordar la actualidad del pase en la ECF, volvamos a la reciente convocatoria del Colegio del pase, con una treintena de personas que se reunieron varias veces y examinaron los resortes y las razones de esta crisis. ¿Qué pueden decirnos sobre estos motivos y razones? ¿la crisis terminó?

Éric Zuliani — Quisiera decir primero que me sumergí literalmente en este Colegio, sin haber practicado el dispositivo del pase comenzando mi mandato como presidente. Creo que el pase se redujo, se contrajo en los últimos años, a una sola cosa: el testimonio. Fueron precisamente los testimonios que tuvieron lugar durante las 51avas Jornadas de la Escuela los que dieron ocasión a la crisis, interpretada así por Laurent Dupont al convocar al Colegio. Había algo más, y era que el pase estaba muy aislado de la Escuela. Fui secretario de la Escuela en el Directorio desde el 2014, de allí sería presidente en diciembre del 2021, y al pase, sólo pude abordarlo por los testimonios; Yo no advertía claramente el lazo que había, en cierto modo, entre el Directorio y el pase. Y todo el trabajo del Colegio -terminaré en este punto- ha consistido en desplegar el pase para volver a ver todos los elementos de su procedimiento, que en cierto modo, son muchos. Esto es lo que puedo decir sobre algunos de los resortes de la crisis del pase.

Patricia Bosquin-Caroz — Por mi parte, lo que puedo decir sobre lo que provocó la crisis del pase, también se trata de una pregunta que me hago y que me hice cuando escribí en el Blog: ¿A qué asistimos en las 51avas Jornadas, finalmente, es un acontecimiento excepcional, escuchar una inautenticidad del pase? Fue una primera. En algunos testimonios, no todos, hubo un pase. Le había dicho a algunos colegas: “Tengo la impresión de estar escuchando informes”. En otras palabras, lo que faltaba era la enunciación del pase. Lo subrayo: no para todos. Y para algunos, eso fue un shock. Creo que ahí se reveló algo disfuncional – en todo caso, para mí y para otros colegas que estuvieron ahí, y con quienes conversamos directamente sobre este tema. Es una revelación que se ha ido instalando poco a poco, a lo largo de diez años. Esto se deslizó. Se podría decir que la cuestión de la enunciación del analista de Escuela (AE), de la particularidad de una nominación, ha sido erosionada por el hecho de comenzar, en efecto, a admitir en el dispositivo del pase a personas que no deberían haberse presentado allí, o ser aceptadas, en todo caso. Así comenzamos a acoger una diversidad de testimonios, en fin, transmisiones.

Angelina Harari — ¿cuestiones concernientes a la admisión al dispositivo?

Patricia Bosquin-Caroz — A esto lo llamé, en uno de los textos que se publicó en el Blog, “el pase multiusos”. Básicamente, se hace el pase para obtener una opinión sobre la cuestión transferencial, sobre un impasse transferencial, o para obtener un punto de capitón de un análisis muy largo del que no logra salir –bueno, cosas diferentes–, y todo eso tiene su valor clínico.

Angelina Harari — ¿Quizás unas palabras sobre el blog del pase?

Éric Zuliani — Este blog del pase ha sido una aventura. Fue iniciado por Laurent Dupont, que estaba terminando su mandato. Luego el nuevo Directorio tomó el relevo a partir de enero de 2022. Fue muy interesante este blog del pase y se constituyó en un elemento esencial en el dispositivo de trabajo sobre la crisis del pase. Estaba el Colegio que trabajaba regularmente, y este Blog, abierto a los miembros de la Escuela y que acogía sus textos. Hubo dos períodos: primero, el período, digamos, de analizar la crisis, de descubrir los resortes de la crisis; luego, a partir de marzo-abril, hubo una segunda fase del Blog, bajo el acento del “león [que] sólo salta una vez ”, porque el Colegio había propuesto un borrador de nueva normativa con un eje al que volveremos, que es: “Sólo se hace el pase una vez”.
Hubo entonces, participación de los miembros en la reflexión sobre el pase, paralelamente al trabajo del Colegio. Tomamos textos de calidad que examinaban los resortes de esta crisis. Luego las perspectivas, en un segundo período del blog -tiempo sobre el cual volveré- que fue muy interesante y que llevó al colectivo de la Escuela hasta la reunión decisoria. Y, por supuesto, desde mi lugar, hacer las editoriales de todos estos Blogs me enseñó mucho sobre el pase, su historia, etc.

Angelina Harari — Entonces pasamos a otra pregunta: ¿qué se puede decir sobre las tendencias recientes concernientes a la orientación del pase más allá de la limitación de los testimonios?

Patricia Bosquin-Caroz — Quizás la orientación podría ser volver a la enunciación del pase. No es sin la nueva medida que se decidió en el Colegio -me dirijo aquí a mis dos colegas- relativa a «sólo se hace el pase una vez» En el fondo, se trataría de volver a un ímpetu, se puede decir enunciativo, del pase, y no a la completud de una transmisión que se apoyaría exclusivamente en enunciados. No es que el pase haya sido esto tampoco últimamente, pero había un riesgo en la repetición de la demanda de entrada al dispositivo. Un riesgo, en efecto, de reducir el pase a estos enunciados. Se trata pues de volver, en cierto modo, a esta autenticidad, a este impulso.

Angelina Harari -¿Entonces el impulso cambia?

Anaëlle Lebovits-Quenehen — Es el impulso que se articula a la salida del análisis y por lo tanto al pase conclusivo. Patricia señaló antes que había, así, una especie de uso del pase, tan múltiple que uno podía perderse en él, y que, además, la Comisión tenía mucho trabajo, ya que dejaba entrar a los pasantes con criterios muy poco restringidos. Al tener más ventaja los candidatos, la Comisión tenía en efecto un trabajo muy importante. Sin duda el tiempo dedicado a cada pase, de repente, se redujo un poco. Con el trabajo del Colegio, volvió verdaderamente al centro la cuestión del final del análisis, el pasaje a analista, con la idea de que la Comisión del pase debe concentrarse realmente en esto y no recibir más demandas de todo tipo que puedan, además, dirigirse a ella.

Angelina Harari — Así que “el pase una vez” también tendrá un efecto en la Comisión, en el sentido que…

Anaëlle Lebovits-Quenehen — En el reglamento, está articulado «el pase una vez» con el hecho de que la directora del pase tendrá mucho cuidado con quién ingresa al dispositivo, para que las personas que no debieran ingresar no quemen su cartucho. Los candidatos serán, en cierto modo, filtrados previamente, y esto permitirá, en un segundo tiempo, si se presenta nuevamente para ellos, y que sea más indicado, poder volver a presentarse.

Patricia Bosquin-Caroz — En el fondo, Anaëlle, verdaderamente, ¡hoy escucho algo nuevo! Hay que decir que «el pase una sola vez» fue votado por una amplia mayoría, pero no sin debate. No estaba todo jugado, como dicen – diré una palabra al respecto. Hay personas que se pronunciaron en la reunión decisoria para oponerse a este principio. Bueno, escucho algo nuevo aquí: «el pase una vez» sí, pero puedes acercarte al director del pase varias veces. Entonces, al final, es una oportunidad.

Anaëlle Lebovits-Quenehen — ¡Exacto!

Patricia Bosquin-Caroz — Es una oportunidad, porque si se entra, si se nos deja entrar, es…

Angelina Harari —la reunión decisoria, fue el momento en que se aprobó el reglamento del pase de la ECF, ¿verdad?

Eric Zuliani — Absolutamente.

Patricia Bosquin-Caroz — Entonces, en última instancia, les da a los candidatos más posibilidades de tener éxito -no me gusta mucho ese término-, pero, de todos modos, es una prueba.

Éric Zuliani — Hay algo que quiero decir. Lacan creó una Escuela, y lo que se me reveló es que tanto el pase como la Escuela son dos conceptos que introdujo Lacan, y que son, desde mi punto de vista, de igual valor. Este valor igual se había perdido un poco, es decir que la cuestión del pase y del testimonio quizás había ocupado demasiado espacio; y, en cierto modo, ya no veíamos el vínculo con la Escuela. En 1964, Lacan traza el camino de entrada del trabajador decidido. Y en 1967, trazó el del pase. Cuando introduce esta cuestión del pase, me parece que no lo piensa a partir de los candidatos, es decir, de los que harían el pase, sino a partir de la Escuela. Sin embargo, en el debate del Blog, la segunda parte del debate en torno a “el pase una vez” fue interesante por eso. Primero, el tono de los textos no tomaba el giro de una oposición entre los pros y los contras, era más sutil que eso. Hubo, de hecho, una indecisión. Entonces me di cuenta que llamar a la reunión «decisoria» implicaba que había que tomar una decisión ese día. Y efectivamente, o tomamos la decisión desde el punto de vista del candidato, del que demanda hacer el pase, y ahí sí, “el pase una vez” parecía un poco duro. O pensamos, ese “pase una vez”, partiendo de “qué tipo de pase necesita la Escuela”, y ahí ya es más evidente. Un poco más del 90% votó a favor – lo dijo Anaëlle, básicamente, fue más por confianza en el trabajo que había hecho el Colegio, confianza en la Escuela, y escuchamos testimonios de gente que estuvo indecisa hasta el final…

Anaëlle Lebovits-Quenehen — Es, por supuesto, una confianza en el Colegio, pero el Colegio presentó argumentos muy válidos que permitieron respaldar esta confianza.

Angelina Harari — Nos estamos moviendo hacia estos argumentos. ¿Podemos hacer una conexión entre la inflación de testimonios de pase en los eventos y el “ascenso al cenit” del objeto a en la sociedad de consumo donde el parlêtre deviene él mismo en un objeto sacrificado al valor del espectáculo?

Patricia Bosquin-Caroz — ¿Eso le inspira?

Éric Zuliani — Sí, absolutamente. Creo que está en conexión con lo que recordé en la Asamblea General el viernes pasado. Fue una afirmación de Patricia en los primeros momentos del análisis de los resortes de la crisis. Me llamó la atención la forma en que lo presentó, en forma de una pregunta que decía: “¿Ha penetrado el espíritu de los tiempos en el dispositivo del pase?” ¿Por qué había dicho eso? Me parece, después de haberlo hablado con ella, que es porque el espíritu de los tiempos es la cuestión del espectáculo. Además, el Blog comenzaba con un texto, el de Xavier Gommichon, sobre esta cuestión del espectáculo: «El pase, ¿se unió a la subjetividad de la época no para interpretarla, sino para, de algún modo, diluirse en ella?, preguntó Patricia y se concentró en los testimonios sobre este tema…

Patricia Bosquin-Caroz — El borramiento de la singular y auténtica enunciación del pase que, evidentemente, fue central durante las 51avas Jornadas. En fin, volvemos a esta dimensión. Finalmente, el colega que escribió en el Blog también habló sobre esta dimensión del espectáculo ¿se acuerdan? La dimensión del escabel, de hablar sobre uno mismo, una especie de autosatisfacción también.

Anaëlle Lebovits-Quenehen — Me parece que hubo tres elementos. Primero, estuvo la gran cantidad de testimonios; luego, como lo subrayas, Patricia, la cuestión de la enunciación, que no siempre estuvo ahí – entonces eso concierne a la calidad de cierto número de testimonios, pero de la calidad en cuanto a la cantidad también, lo que sin duda ha favorecido al hecho…

Patricia Bosquin-Caroz — ¡Absolutamente, la cantidad!

Anaëlle Lebovits-Quenehen —… que nos demos cuenta. Es necesario asociar, sin duda, a esta cuestión de la calidad y cantidad de los testimonios, un tercer elemento. Eso es lo que Eric estaba diciendo hace un momento: no discutimos los testimonios en absoluto. Durante estas Jornadas las cosas fueron hechas de tal manera que los testimonios se presentaban uno tras otro, sin discusión. Tanto es así que esto también, tal vez, esté en consonancia con la subjetividad de la época, es como si supusiésemos al AE, aún recién nominado, un saber definitivo y cerrado sobre sí mismo, concerniente a lo que él mismo había expuesto, y que entonces podríamos prescindir de discutir de interrogar sus argumentos.

Angelina Harari — ¿Un efecto de AE ​​dixit?

Anaëlle Lebovits-Quenehen — Me parece que la crisis comenzó con la combinación de estos tres elementos. El tercero se relaciona con el hecho que en un momento ya no se tenía ni siquiera la idea que se le iba a ofrecer al AE, -porque, en el fondo, también era algo que se le ofrecía -, alguien que viene a discutir, cuestionar, subrayar, extraer puntos, ir más allá de lo que el testimonio había podido entregar. Era como si el testimonio volviera sobre sí mismo, como si su verdad estuviera incluida en él y definitivamente adquirida. La discusión, cuando había una, permitió extraer elementos cruciales y muy interesantes, no sólo para el propio AE –muchos lo atestiguan–, sino también para la comunidad de trabajo a la que se expusieron estos testimonios.

Éric Zuliani — Está este lado: “Soy lo que digo”. Y como salimos de las 52avas Jornadas ECF, que acaban de tener lugar, en cierto modo, este “Soy lo que digo”, que pusimos en el programa de estas Jornadas, es una respuesta. Es tal vez una interpretación, ya veremos, del hecho que la Escuela -yo también quiero insistir en esto- puso a los AE en esta configuración.

Patricia Bosquin-Caroz — Sí, es muy importante. El AE es puesto en escena por la Escuela. No es el AE solo, autoproclamado, el que se expone en una Jornada. Le damos este escabel. Al mismo tiempo, en las penúltimas Jornadas, hubo tantos testimonios que se redujeron a diez minutos. En diez minutos, no había tiempo para la discusión. Así que todos somos responsables de lo que pasó allí. No es el AE solo. Hizo lo que pudo con el tiempo que le dieron. Hablo de AE ​​auténticos, porque de todos modos teníamos enunciaciones. Así, se ve claramente que el AE es de la Escuela, que no está solo. Es por tanto una crisis que interpreta a la Escuela misma.

Angelina Harari — Tengo otra pregunta. Recientemente, en Brasil, Laurent Dupont comentó el equívoco, en francés, de la expresión “interprete de la Escuela”. ¿Es que el pase es la interpretación de la Escuela o es la Escuela la que es interpretada por el pase, o ambas? ¿Cómo entender la afirmación “el AE intérprete de la Escuela”? ¿Y qué es interpretar la Escuela?

Anaëlle Lebovits-Quenehen — Yo había propuesto esto, en el Blog del pase, al principio, que precisamente, ante la ausencia de los AE interpretando la Escuela, era la Escuela la que había interpretado allí el pase. Es cierto que esperamos eso de los AE. Entonces, tienes toda la razón al plantear la pregunta: ¿Qué quiere decir esto exactamente? Se espera que los AE interpreten la experiencia de la Escuela. Sin duda hay varias formas de entenderlo, pero una primera, bastante básica, es considerar que, cuando hay un malestar en la Escuela, el lugar de los AE es autorizarse a nombrarlo, primero. Entonces, interpretarlo quiere decir: facilitar la orientación, dar un sentido que permita captar cuál es el punto tratado por este malestar, el punto que se reprime o se aparta, y del cual nos defendemos. ¿Cuál es en el fondo el real en juego?

Angelina Harari — Estamos con las instancias: el presidente, la vicepresidente de la ECF. Creo que hay una diferencia entre “el AE intérprete de la Escuela” y las funciones en una Escuela.

Anaëlle Lebovits-Quenehen — Absolutamente. Es precisamente en la medida en que no es tomado en tal función… Se trata de poder interpretar la Escuela sin estar en las funciones del Directorio y de la presidencia, etc.

Angelina Harari — En una función siempre hay que, digamos, estar abierto a la contingencia y decidir, cortar, pero no es lo mismo.

Anaëlle Lebovits-Quenehen — Es completamente diferente, pero digamos que una de las maneras de interpretar, es ya poder nombrar, y luego, en un segundo paso, facilitar una orientación respecto de lo que constituye el malestar. Existen otras dos formas de entender este interpretar. Esto podría consistir en servirse de un fenómeno de civilización, que posiblemente podría poner en peligro el discurso analítico que habríamos dejado pasar. Un ejemplo reciente es la cuestión de la interpretación, que Jacques-Alain Miller muestra que está en peligro precisamente cuando ya no se puede interrogar a tal o cual tipo de persona, porque el sujeto de derecho prevalecería sobre cualquier interrogación posible. Sería otra forma de interpretar la Escuela, me parece. Y luego, quizás también está la cuestión de la producción de saber en la Escuela.

Patricia Bosquin-Caroz — Me gustaría volver a la pregunta de Angelina sobre «el AE intérprete». J.-A. Miller, sin embargo, señala que hemos estado esperando que el AE interprete durante mucho tiempo; ¿Hace falta seguir esperando que el AE interprete?

Éric Zuliani — Sí, absolutamente.

Patricia Bosquin-Caroz — J.-A. Miller planteó esta pregunta y finalmente me digo que hay muchas otras personas que, sin ser AE, han interpretado la Escuela hasta ahora. En la publicación de las 38avas Jornadas de la ECF, recuerdo a una persona que interpretó la crisis del pase que se anunciaba. No era un AE, era incluso una persona que no había sido nominada. Y, desde este lugar, interpretó la Escuela. Entonces, «el AE intérprete», algo tendría que pasar para llegar a…

Angelina Harari —Entonces, una no nominación también estaría a la altura, digamos, del dispositivo.

Patricia Bosquin-Caroz — Es misterioso… ¿Qué sería el AE que interpreta? Quizá deberíamos volver a qué es lo que interpreta un AE de una Escuela. Tiene que haber, al principio, una transferencia a la Escuela, una transferencia muy decidida, si se me permite decirlo, por lo menos al psicoanálisis. Es quizás algo que estaba menos presente. En fin, tal vez esto se diluyó, esta cuestión de la transferencia a la Escuela, es decir el momento en que la transferencia al analista cae al final del análisis, lo que debería ser verificado por el secretariado del pase, por ejemplo. No hacemos el pase sólo para nosotros. Hay una articulación a la Escuela.

Éric Zuliani – Es decir que podría haber, en algunos casos, una transferencia a “mi pase”, a “mi testimonio”, a “mi historia”, un testimonio muy repetido durante los tres años en función donde no siempre se percibía la transferencia a la Escuela. Es lo que decía al principio: el concepto de Escuela es tan importante como el de pase.

Anaëlle Lebovits-Quenehen – Es más, AE quiere decir “analista de la Escuela”, no hay que olvidarlo. De todas formas, le respondía a Angelina que preguntaba qué es ser intérprete de la Escuela. Es cierto que J.-A. Miller señaló que no habíamos visto mucho eso. Sin embargo, se puede responder a la pregunta: ¿Qué sería «interpretar la Escuela»? aunque no sea efectivamente verificado por la experiencia. Además, se trata de una respuesta que, sin duda, no es definitiva.

Me gustaría matizar un poco lo que dice Eric cuando hace hincapié en el testimonio. Sin duda, esto no ha impedido que los AE sean muy auténticos en su trabajo. Pero me parece que la forma del testimonio, tan repetida, tan repetitiva, sobre todo cuando se convierte en la única manera en que un AE se expresa a lo largo de los dos o tres años de su enseñanza, puede velar producciones a veces muy valiosas que pueden encontrarse allí y que ya ni siquiera se ven, en tanto que el Yo – la primera persona del singular – hace de pantalla.

Angelina Harari – ¿Se pueden advertir ya los cambios de la enseñanza del pase en la ECF a raíz del nuevo reglamento aprobado por los miembros? ¿Se pueden prever ya modificaciones en la enseñanza?

Patricia Bosquin-Caroz – Les dejo responder, porque tienen ideas sobre el tema.

Éric Zuliani – Es más que una idea, ya que es en primer lugar la realización de una Jornada llamada «Las entrevistas sobre el pase», que tendrá lugar el 17 de junio de 2023, y que estará enteramente dedicada al pase. Hace unos años tuve la oportunidad de asistir a este tipo de Jornada. Subía a París – como se dice cuando se vive en provincia – para asistir a Jornadas dedicadas a la cuestión del pase, donde no sólo intervenían los AE – también estaba el jurado que daba testimonio de su trabajo. Por lo tanto, había todo un conjunto de analistas que participaban en el dispositivo del pase y transmitían algo sobre él. Porque no sólo está la cuestión de los AE, también está la cuestión de la enseñanza de los protagonistas del dispositivo mismo.

Anaëlle Lebovits-Quenehen – También habrá noches de enseñanza que debieran cambiar en su forma, ya que en lugar de que todos los AE intervengan al mismo tiempo, la noche se organizará más bien a propuesta de un AE en particular. Hay una serie de noches que están previstas para este fin, un AE puede venir y decir: «Quisiera poder impartir tal enseñanza esta noche.» Esto es algo que, sin duda, será muy interesante. Se decía que quizás faltó discusión luego de los últimos testimonios. Sería apasionante que esas noches pudieran acoger un debate. Estas veladas en particular, pero creo que esto vale de manera general para toda enseñanza: cuando hay interrogantes, dificultades que se exponen más que allanarse, siempre es apasionante; pero quizás aún más, particularmente cuando una AE produce un saber.

Éric Zuliani – Es interesante que allí se percibe la importancia del AE como intérprete de la Escuela. También es intérprete de los problemas cruciales que encuentra la Escuela – Anaëlle da el ejemplo de la actualidad de la interpretación. Se trata, en el fondo, de esperar de un AE, más allá de su testimonio, lo que capta de los problemas cruciales que a menudo se encuentran en la juntura entre problemas psicoanalíticos, cuestiones de Escuela y cuestiones de época.

Anaëlle Lebovits-Quenehen – Captar los puntos vivos allí donde están. En el fondo, me digo que un AE puede hacer algo que un no-AE también puede hacer, por ejemplo enseñar. Sin embargo, en el momentum en el que está, en el impulso del fin del análisis, del pasaje a analista y del acto de presentarse al pase, y luego de ser nominado AE, quizás haya también una especie de «juventud» intrínseca del AE, que hace que pueda hacer las cosas de otra manera.

Patricia Bosquin-Caroz – ¿No se puede decir que algunos testimonios – el primero, por ejemplo -, son también una interpretación de la Escuela y, en todo caso, del psicoanálisis? Se supone que el AE aporta algo nuevo, porque es justamente en relación con ese punto que es nominado. Si se toma el pase como teniendo la estructura del vacío, se espera de todas maneras ese hallazgo, esa invención, porque ¿de qué se hace la demostración? No hay relación sexual. Sí, ¿pero qué se inventa? Es allí que también puede haber una interpretación de la Escuela, a través del testimonio.

Eric Zuliani – No dejarse fascinar por la cuestión del testimonio, sino estar mucho más atento al hallazgo. Ha sido nominado, pero ¿en relación con qué fue nominado? Debemos ser capaces de leerlo.

Anaëlle Lebovits-Quenehen – Del mismo modo que puede considerarse que un testimonio que no es satisfactorio interpreta la Escuela, de una manera u otra, un testimonio satisfactorio también lo hace, porque también dice dónde está el pase. Es un muy buen indicador de dónde está el pase, y por lo tanto también la Escuela, porque la Escuela es la Escuela del pase – nuestra Escuela específicamente. Y claro, por ende, dónde está también el psicoanálisis.

Angelina Harari – En el nuevo reglamento de la ECF, «el pase una vez» provoca interrogantes y debates en las otras Escuelas de la AMP. Se entiende como una regla producida inicialmente por la necesidad de interrumpir lo que devino un automaton. Pero, ¿qué garantiza que, con el tiempo, no se convierta en otro automaton, arbitrario?

Patricia Bosquin-Caroz – ¡Es una verdadera pregunta!

Eric Zuliani – No se trata de interrumpir, no es eso. Bueno, para mí no se trata de eso, sino más bien volver al espíritu del pase, tal como Lacan lo quiso para su Escuela.

Anaëlle Lebovits-Quenehen – Exactamente. El mismo Lacan pensó en el pase una vez, nunca dos. Y el propio J.-A. Miller ha propuesto – en un afán de justicia, dijo – que se pueda, “eventualmente” hacerlo dos veces. Y la experiencia nos demuestra que de dos veces pasamos a tres, luego a cuatro, y se ve por qué eso se detendría. Por lo tanto, “el pase una vez” no es en absoluto arbitrario.

Angelina Harari – Rechazaste lo arbitrario, pero Patricia dijo: “¡Es una verdadera pregunta!”. Así que me gustaría saber por qué, porque mis preguntas son provocadoras.

Patricia Bosquin-Caroz – Cuando vemos la historia del pase, cuando miramos la historia de la Escuela, las crisis sucesivas, vemos bien que algunas cosas son invenciones en un momento dado, luego se cae muy rápidamente en la rutina.

Anaëlle Lebovits-Quenehen – Esto va más allá de la rutina, Patricia. J.-A. Miller dijo «dos veces» y pasamos a cuatro. ¡Es exponencial!

Patricia Bosquin-Caroz – ¿Quién puede garantizar que no caeremos en cierta rutina? Eso va a depender de la forma en que vayamos a estar y permanecer despiertos a todas estas cuestiones, porque es muy posible – no será el caso ahora, pero si dentro de unos años – que nos encontremos con – por qué no – un secretario del pase o un director del pase que ejerza de forma muy automática: « ¡No, una sola vez! » No sabemos qué puede pasar…

Angelina Harari – Hago otra pregunta, que puede tener también una conexión interesante con esto. En el pasado, un cierto número de AE fueron nominados presentándose dos veces al pase, y en otras Escuelas, a veces tres e incluso cuatro veces. Con «el pase una vez» ¿no corre el riesgo la Escuela de privarse de una enseñanza de gran riqueza?

Anaëlle Lebovits-Quenehen – Me parece que se ha respondido en cierta medida a esta pregunta diciendo que el filtro por la directora del pase tiene en cuenta «el pase una vez». Por lo tanto, es probable que en esa perspectiva de “El pase una vez” esté mucho más atenta a quién ingresa o no en el dispositivo, de modo que quizás las personas que en otro momento fueron nominadas después de dos veces, hoy en día no habrían entrado la primera vez, sino sólo la segunda. Por lo tanto, no se nos privará de escucharlos. Este punto está presente, y redactado exactamente en estos términos en los argumentos.

Patricia Bosquin-Caroz – Creo que es muy importante decirlo, porque eso no se ha entendido así, pero en efecto, es de hecho una forma de garantía.

Anaëlle Lebovits-Quenehen – En todo caso, una advertencia – una garantía no se sabe, porque en efecto, nunca se está completamente seguro – pero en cualquier caso, una gran advertencia.

Patricia Bosquin-Caroz – Se dice: “No es el momento”, “No es todavía”, “Un esfuerzo más”, pero es verdad que eso no impide, a quien esté decidido, franquear el paso del pase.

Anaëlle Lebovits-Quenehen – ¡Exactamente!

Angelina Harari – Respondieron a la pregunta: “¿Cómo ve la función del director del pase?” ¿Quieren agregar algo?

Anaëlle Lebovits-Quenehen – El director está presente en todos los niveles del dispositivo. No vamos a entrar en detalles, porque podríamos pasar una hora con ellos, pero me parece que la función esencial, además de esta que es evidentemente crucial, es poder identificar un responsable y un interlocutor en lo que concierne al pase.

Éric Zuliani – En el trabajo del Colegio – que se prolongó durante varios meses, de enero a octubre de 2022 – se percibió el movimiento de reflexión tras del análisis de los resortes de la crisis. En el proyecto, que fue redactado, propuesto y trabajado por el Colegio, la función de director ha adquirido mucha importancia y se comprende su lógica. Esta potenciación de la función del director del pase va con el «sólo se hace el pase una vez». Es decir, hay una precaución ahora, todo un trabajo de entrevistas del director con el solicitante, por ejemplo. Pero más allá de eso, es para destacar que el director tenga que entrevistarse, no sólo con los que piden entrar en el dispositivo, sino también con los analistas miembros de la Escuela (AME), los pasadores, los más-uno de los carteles, el directorio, etc.

Patricia Bosquin-Caroz – Quisiera añadir que es una gran novedad, porque antes había una separación entre el pase, el dispositivo, la Comisión… entre todos estos dispositivos y el Consejo, el Directorio de la ECF. Ahora, ¿puedes decir algo sobre este lazo novedoso, o que en todo caso, se reactualiza?

Éric Zuliani – En primer lugar, por haber experimentado ese lazo como secretario del Directorio bajo la presidencia de Patricia y de Christiane, fue un lazo muy delicado, discreto, no siempre fácil. Se ha vuelto mucho más liviano, mucho más simple, porque ya se ha entrado en conversación con la directora del pase. ¿Qué más puedo decir?

Patricia Bosquin-Caroz – Pero, por ejemplo, el director está incluido en el Colegio. Eso también es una novedad.

Eric Zuliani – Además, hay una novedad con este nuevo reglamento. A partir de ahora el Colegio se reunirá regularmente, es decir, se ha convertido también en una pieza central, una instancia del trabajo de Escuela.

Angelina Harari – Hacía mucho tiempo que no había un Colegio del Pase. ¿Por qué no fue convocado durante tanto tiempo?

Eric Zuliani – Hubo uno hace doce años, pero no fue concluyente y no funcionó. Así que, hacía mucho tiempo que no se reunía. Me pregunto por qué, porque el Colegio que hemos conocido y que ha trabajado durante todos estos meses, ha producido un trabajo apasionante. Fue realmente un trabajo de Escuela.

Patricia Bosquin-Caroz – Y es un Colegio que emana de una crisis. Y la crisis es vivificante, mientras que los Colegios anteriores habían caído en una especie de automaton de la reunión y, a la vez, estaban muy desconectados de la actualidad de la Escuela.

Anaëlle Lebovits-Quenehen – Me pareció entender – no estuve allí, por supuesto – que hubo Colegios que surgieron de crisis anteriores que habían sido menos… Eric Laurent señaló que durante el último Colegio las discusiones sostenidas, los debates y el trabajo que se había realizado fueron bastante excepcionales y no tan representativos del ambiente de los anteriores Colegios del pase. Hemos tenido mucha suerte. Digamos que este parece haber sido innovador en cuanto a la calidad de los intercambios que tuvieron lugar.

Éric Zuliani – La crisis de los años 1990, E. Laurent lo evocaba en efecto, señalando esta diferencia que le parecía percibir en este Colegio.

Angelina Harari – Y decías que en el nuevo reglamento el Colegio del Pase se convoca regularmente ¿Qué quiere decir?

Eric Zuliani – Cada dos años.

Patricia Bosquin-Caroz – Esto es algo que se ha cambiado con respecto a los reglamentos anteriores, donde el Colegio podía ser solicitado o interpelado, pero no estaba inscrito en una regularidad.

Eric Zuliani – El Reglamento del Pase se constituyó en 1982, creo, para el primero, y se cambió muy poco, muy ligeramente hasta 2015 – la última vez que se modificó. En fin, me hizo gracia ver este proyecto, la forma en que se constituyó. Es muy

Eric Zuliani – Eso significa que hay que saber cuáles son sus resortes.

Patricia Bosquin-Caroz – O nos mantenemos jóvenes, porque hay jóvenes que ya son muy viejos.

Angelina Harari Esto abre una perspectiva que será para otra vez. ¡Muchas gracias!

Traducción: Nicolás Bousoño, Susana Schaer

 

[1] Freud, S. (1937) «Análisis terminable e interminable», Obras completastomo XXIII, Amorrortu, Bs. As. 1991, p. 222

Lacan, J. (1970) «Radiofonía», Otros escritos, Paidós, Bs. As. 2012, p. 436.

Miller J.-A., «Ocho puntuaciones sobre la crisis del pase», Revista Lacaniana de psicoanálisis, n°32, diciembre 2022.


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