Como el oso polar y la ballena…

¡La metáfora del oso y la ballena es decididamente muy rica! Al seguir esta referencia, comenzando por las Conferencias de Introducción al psicoanálisis de Freud, se descubre el estatus de un malentendido fundamental que nos inspira para situar el reto de la clínica psicoanalítica y en particular el de las simultáneas clínicas que se desarrollarán durante dos días, el 30 de abril y el 1 de mayo de 2026, durante el próximo Congreso de la AMP.

“El conflicto patógeno de los neuróticos […] es una disputa entre poderes de los cuales uno alcanzó el estadio de lo preconciente y conciente, mientras que el otro fue contenido en el estadio de lo inconciente. Por eso no puede lograrse acuerdo; los querellantes son tan incapaces de ello como el oso polar y la ballena en el famoso apólogo. Una decisión efectiva solo puede producirse si los dos se encuentran en el mismo terreno. Pienso que la única tarea de la terapia consiste en posibilitar esto”¹. Freud diferencia claramente el psicoanálisis de la ambición terapéutica (apoyo explícito, guiar, aconsejar…) apuntando al camino propio de la interpretación que hace ex-sistir el inconsciente. ¿Acaso no es una brújula esencial para la escritura y la presentación de los casos clínicos? Lejos de narraciones circunstanciadas, y a decir verdad sin sabor, sobre la vida de tal o cual paciente, el enfoque en el inconsciente y la operación analítica los devuelve a su singularidad, mucho más allá de su particularidad, donde ya no se parecen a nadie. ¿La consideración del inconsciente es tan evidente en estos tiempos de negación del inconsciente? ¿No sigue siendo una brújula para describir de un modo más estricto lo que se dice en un análisis?

La segunda referencia al oso y a la ballena resuena extrañamente por estos días, coincidiendo con el momento en que un ataque sin precedentes al psicoanálisis, de una violencia extrema, bajo la forma de enmienda, acaba de ser debatido en Francia. “El oso blanco y la ballena, se ha dicho, no pueden declararse la guerra porque, limitado cada uno a su elemento, nunca se encuentran frente a frente. Igualmente imposible me resulta entablar una discusión con trabajadores del campo de la psicología o de la teoría de las neurosis que no admitan las premisas del psicoanálisis y juzguen artificiosos sus resultados. […] considero muchísimo más adecuado combatir concepciones divergentes poniéndolas a prueba en casos y problemas singulares”². Freud lo expone varias veces, en un tono admirable: las demostraciones racionales no pueden hacer nada contra los prejuicios. Solo la vía de la experiencia y la clínica, la de la exposición pública, que vibran con su objeto a, son verdaderos instrumentos de combate, que deben incluirse en cualquier caso en el cálculo estratégico y táctico de nuestras batallas. 

Al presentar su práctica actual en las simultáneas clínicas del congreso, los psicoanalistas ponen a prueba los resultados de su experiencia y obtienen el reconocimiento del público más allá de la audiencia presente. El objetivo es aprender a articular nuestra práctica cada vez con más precisión.

Tenemos que continuar…